¡POR QUÉ LA EVOLUCIÓN ES SÓLO UNA TEORÍA!
«No es por  sus conclusiones, sino por su punto de partida metodológico por lo que  la ciencia moderna excluye la creación directa. Nuestra metodología no sería  honesta si negase este hecho. No poseemos pruebas positivas del origen  inorgánico de la vida ni de la primitiva ascendencia del hombre, tal vez ni  siquiera de la evolución misma, si queremos ser pedantes». 
  Weizsäcker,  C. F. von, La importancia de la ciencia (Barcelona, Ed. Labor, Nueva  Colección Labor n(o) 27, 1972), pág. 125.
«Todavía no  entendemos demasiado bien las causas de la evolución, pero tenemos muy pocas  dudas en cuanto al hecho de la evolución;... ¿Cuáles son las razones para esta  creencia general? En la última lección las formulé negativamente; no sabemos  cómo podría la vida, en su forma actual, haber venido a la existencia por otro  camino. Esa formulación deja silenciosamente a un lado cualquier posible  origen sobrenatural de la vida; así es la fe en la ciencia de nuestro  tiempo, que todos compartimos». 
  Weizsäcker,  C. F. von, La importancia de la ciencia (Barcelona, Ed. Labor, Nueva  Colección Labor n(o) 27, 1972), pág. 131.
«Preferiría  creer en las hadas que en unas especulaciones tan desenfrenadas. He dicho  durante años que las especulaciones acerca del origen de la vida no nos llevan  a ningún buen propósito, por cuanto incluso el más simple sistema vivo es  excesivamente complejo para poder ser comprendido en términos de la química  extremadamente primitiva que los científicos han empleado en sus intentos de  explicar lo inexplicable. Dios no puede ser desechado con pensamientos tan  superficiales.» 
    Ernst B.  Chain, citado por Ronald W. Clark, The Life of Ernst Chain: Penicillin and  Beyond (Londres: Weidenfeld & Nicolson, 1985), págs. 147-148. Bioquímico.  Premio Nobel.
«Al  considerar la forma en que la sopa prebiótica es mencionada en tantas  discusiones acerca del origen de la vida como un hecho real ya establecido,  produce un sobresalto darse cuenta de que no hay en absoluto prueba alguna de  su existencia.» 
    Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis (Bethesda, Maryland:  Adler and Adler Publishers, 1986), pág. 261.
«Por muy  numerosas que sean, las mutaciones no producen ninguna clase de Evolución.» 
  Pierre-Paul  Grassé [destacado zoólogo evolucionista francés]. Véase La Evolución de lo  Viviente (Ediciones H. Blume, Madrid).
«La  probabilidad de la formación de la vida a partir de materia inanimada es de uno  entre un uno con 40.000 ceros detrás. ... es suficientemente grande como para  sepultar a Darwin y a toda la teoría de la evolución. ... si el comienzo de la  vida no fue al azar tiene que haber sido producto de una inteligencia con  propósito.» 
  Sir Fred  Hoyle, astrónomo, cosmólogo y matemático, Universidad de Cambridge. Véase su  libro El Universo Inteligente (Grijalbo, Madrid).
Se nos dice  dogmáticamente que la evolución es un hecho establecido, pero nunca se nos dice  quién lo estableció ni por qué medios. Se nos dice, bien a menudo, que la  doctrina está basada sobre evidencia, y que lo cierto es que esta evidencia  está "desde ahora más allá de toda verificación, así como inmune a  cualquier posterior contradicción por parte de la experiencia", pero se  nos deja totalmente a oscuras acerca de la crucial cuestión: cuál es precisamente  esta evidencia.» 
  J. Wolfgang  Smith, Ph.D. en matemáticas, Universidad de Columbia. Profesor de Matemáticas,  Universidad Estatal de Oregón, ex instructor de matemáticas en el Instituto  Tecnológico de Massachusetts. Publicaciones en diversas  revistas científicas. En Teilhardism and the New Religion: A Thorough  Analysis of The Teachings of Pierre Teilhard de Chardin (Tan Books &  Publishers, Inc., 1988), 248 págs.
El hecho de  que una teoría tan vaga, tan insuficientemente verificable y tan alejada de los  criterios que se aplican en la ciencia «dura» haya podido llegar ser un dogma  sólo puede explicarse desde criterios sociológicos. 
  Ludwig von Bertalanffy, biólogo. citado por Huston Smith, Beyond the  Post-Modern Mind (New York: Cross Roads, 1982), pág. 173.
Ya hemos  tenido suficiente de la falacia darwinista. Es hora ya de gritar: «¡El  emperador va desnudo!» (K. Hsu, geólogo en el Instituto Geológico de Zurich) 
  K. Hsu,  «Darwin's Three Mistakes», Geology, Vol. 14 (1986), pág. 534. Citado por Wendell R. Bird, «The Antidarwinian Scientists», Impact Series  n(o) 173, Acts and Facts (Nov. 1987), pág. IV.
Soy  consciente de que en esta obra apenas si se discute un solo punto acerca del  que no se puedan aducir hechos que aparentemente conducen a conclusiones  diametralmente opuestas a aquellas a las que he llegado yo. Sólo se podría  llegar a un resultado justo estableciendo de una manera plena los hechos de  ambos lados de la cuestión ... 
    Charles  Darwin,Sobre el Origen de las Especies por Selección Natural, 1859.
En contra de  lo que escriben la mayor parte de los científicos, el registro fósil no  respalda la teoría darwinista de la evolución, porque es esta teoría (hay  varias) la que empleamos para interpretar el registro fósil. Al actuar de esta  manera, nos hacemos culpables de razonamiento en círculos si luego decimos que  el registro fósil respalda esta teoría. 
  Ronald R. West, Ph.D. «Paleontology and uniformitarianism», Compass, vol.  45, mayo de 1968, pág. 216.
Así, si la  materia viva no tiene su origen en el juego mutuo de los átomos, de las fuerzas  naturales y de la radiación, ¿cómo ha llegado a existir? Hay otra teoría, ahora  fuera de favor, que se basa en las ideas de Lamarck: la que dice que si un  organismo necesita una mejora, la desarrollará y la transmitirá a su progenie.  Me parece que deberíamos ir más allá y admitir que la única explicación  aceptable es la creación. Sé que eso es anatema para los físicos, como desde  luego lo es para mí mismo, pero no debemos rechazar una teoría que no nos gusta  si la evidencia experimental la apoya. 
  H. S. Lipson, «A Physicist Looks at Evolution», Physics Bulletin, vol. 31,  1980, citado en The Quote Book (Australia: Creation Science Foundation,  1984), pág. 5. 
«La fuerza  casi irresistible de la analogía ha minado totalmente la autocomplacida  presuposición, dominante en los círculos biológicos durante la mayor parte de  los últimos cien años, de que la hipótesis del designio puede ser excluida  sobre la base de que este concepto es fundamentalmente un apriorismo  metafísico, y que por ello es científicamente inaceptable. Al contrario, la  inferencia del designio es una inducción puramente a posteriori basada en la  implacable aplicación de la lógica de la analogía. La conclusión puede que  tenga implicaciones religiosas, pero no depende de presuposiciones religiosas.» 
    Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis (Bethesda, Maryland:  Adler and Adler Publishers, 1986), pág. 341.
«Mientras  tanto, el público educado sigue creyendo que Darwin ha dado todas las  respuestas pertinentes mediante la fórmula mágica de cambios al azar y  selección natural, ignorando del todo que los cambios al azar han resultado ser  irrelevantes, y la selección natural una tautología.» 
    Arthur Koestler, Janus: A Summing Up (New York: Vintage Books,  1978), pág. 185.
En la actual  etapa de investigación geológica, debemos admitir que no hay nada en el  registro fósil que contradiga la perspectiva de los creacionistas  conservadores, que Dios creó cada especie [nosotros diríamos cada baramin] de  manera separada, supuestamente del polvo de la tierra. 
  Edmund Ambrose, The Nature and Origin of the Biological World (New York:  John Wiley and Sons, 1982), pág. 164